enero 27, 2013

Las ideas sobre la dieta frugal encubierta en el Quijote de Cervantes



Éstas son las páginas que un vegetariano ha de leer del Quijote. Resulta recomendable leerlo entero para comprender el verdadero sentido de la obra, pero no es necesario para el vegetariano que quiera quedarse únicamente con las citas más importantes y más cuando es sabido que en aquella época no eran bien vistas tales ideas y Cervantes hubo de ponerlas en bocas de un loco para divulgarlas.

CAPÍTULO  XI de la Primera Parte

En el que habla con unos cabreros de la Edad dorada, un ideal renacentista.

"Después que don Quijote hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano y, mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones:

-Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo. Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron a cubrir las casas, sobre rústicas estacas sustentadas, no más que para la defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia: aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre; que ella, sin ser forzada, ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían. Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquéllos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra, y no eran sus adornos de los que ahora se usan, a quien la púrpura de Tiro y la por tantos modos martirizada seda encarecen, sino de algunas hojas verdes de lampazos y yedra, entretejidas, con lo que quizá iban tan pomposas y compuestas como van agora nuestras cortesanas con las raras y peregrinas invenciones que la curiosidad ociosa les ha mostrado.

Toda esta larga arenga (que se pudiera muy bien excusar) dijo nuestro caballero, porque las bellotas que le dieron le trujeron a la memoria la edad dorada, y antojósele hacer aquel inútil razonamiento a los cabreros, que, sin respondelle palabra, embobados y suspensos, le estuvieron escuchando. "

CAPÍTULO V (5) Segunda Parte

Teresa, esposa de Sancho habla así con él.

"La mejor salsa del mundo es la hambre; y como ésta no falta a los pobres, siempre comen con gusto."

CAPÍTULO XIII (13) Segunda Parte

Don Quijote se encuentra con el Caballero del Bosque (Sansón Carrasco encubierto). Ambos hablan de sus vidas mientras sus escuderos, por separado, hablan sobre sus amos y comen.

"SANCHO -Vuestra merced sí que es escudero fiel y legal, moliente y corriente, magnífico y grande, como lo muestra este banquete, que si no ha venido aquí por arte de encantamento, parécelo, a lo menos; y no como yo, mezquino y malaventurado, que sólo traigo en mis alforjas un poco de queso, tan duro que pueden descalabrar con ello a un gigante, a quien hacen compañía cuatro docenas de algarrobas y otras tantas de avellanas y nueces, mercedes a la estrecheza de mi dueño, y a la opinión que tiene y orden que guarda de que los caballeros andantes no se han de mantener y sustentar sino con frutas secas y con las yerbas del campo.

ESCUDERO DEL CABALLERO DEL BOSQUE -Por mi fe, hermano -replicó el del Bosque-, que yo no tengo hecho el estómago a tagarninas*, ni a piruétanos*, ni a raíces de los montes. Allá se lo hayan con sus opiniones y leyes caballerescas nuestros amos, y coman lo que ellos mandaren. Fiambreras traigo, y esta bota colgando del arzón de la silla, por sí o por no; y es tan devota mía y quiérola tanto, que pocos ratos se pasan sin que la dé mil besos y mil abrazos. "

*Tagarninas: son cardos silvestres, cardillos. Scolymus hispanicus
*Pirúetano: son peras silvestres. Pyrus bourgaeana. Crece sobre los suelos silíceos de la península ibérica occidental.

CAPÍTULO XLIII (43) Segunda Parte

Consejos que da don Quijote a Sancho Panza

"Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago."
"Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra."

Y hasta aquí las citas estrictamente frugales de Cervantes, aunque no descarto encontrar más con su lectura.

¡Rewild it!

¡Rewild it!
Proyecto de resalvajización pleistocena de Dave Foreman, ex-fundador de Earth First (también participa en el proyecto Wildland Project como co-fundador)