febrero 27, 2014

¿Por qué vivo en este rincón del mundo?


Muchas veces, cuando camino por algunos rincones de estas montañas, creo descubrir lugares donde parece que jamás otro hombre abrió una senda,


A cada paso que doy, aparece ante mí un tesoro. Se trata de uno de esos escasos lugares de Europa (al igual que en la isla de Sicilia o los Apeninos lucanos, en Italia), donde puedes comer bayas de mirto y dátiles de palmito (única palmera nativa de nuestro continente) bajo el dosel de espesos bosques de hayas centroeuropeas y otra flora eurosiberiana.

Chamaerops humilis (palmito) sobre herbazal subtropical.
Adelfa a la izquierda, en su hábitat natural, y a la derecha, mirto.

Bosque de helechos
Bosque de las hayas, en el corazón de estas montañas.

A parte, algunas hierbas borealpinas crecen colgadas por encima de las selvas, que tienen su refugio bajo estrechos precipicios y sombríos congostos de más de 1050 metros de desnivel.


A muy escasa distancia del mar, la brisa y el perfume de azahar sube hasta las cimas y deshace velozmente la nieve que oculta las primeras flores del año.


Uno puede estar a la mañana contemplando como el sol baña las azúreas olas y la dorada arena de tibias dunas, y a la tarde sentir el azote de una gélida ventisca en la carena de una de las montañas, extasiado por el bálsamo de los pinos silvestres.


Hace 9000 años, después de la última glaciación, vivieron aquí los primeros recolectores del mesolítico, y como en un nuevo despertar, una nueva primavera, dejaron constancia en las rocas de las plantas y frutos que comían.


Hoy día este arte está declarado Patrimonio de la humanidad y este lugar es reconocido como Reserva de la biosfera por la UNESCO.



Es por eso, por su biodiversidad, su inaccesibilidad, su aislamiento, su desconocimiento, la calidad y la calidez de sus aguas, y su estado de conservación, que después de vivir y pasar por otros muchos lugares, he decidido vivir en este recóndito rincón de madre Tierra.








¡Rewild it!

¡Rewild it!
Proyecto de resalvajización pleistocena de Dave Foreman, ex-fundador de Earth First (también participa en el proyecto Wildland Project como co-fundador)